La hipnosis es una herramienta muy poderosa para conseguir hacer cambios en tu vida. Desde que la descubrí es el eje central de mi consulta, pues cualquier tratamiento que se realice en estado hipnótico es más eficaz y requiere menos tiempo.
Durante la hipnosis la persona cambia sus ondas cerebrales y pasa de las ondas beta, que utilizamos normalmente en la vigilia, a las alfa, que son las que nos preparan para relajarnos, dormir o meditar. En este estado es posible hacer modificaciones en las conductas o creencias de la persona y poder establecer nuevas sugestiones que le ayuden a tener una vida más plena. Con la práctica es posible llegar a registros de ondas cerebrales más profundos que crean una relajación total muy saludable en todos los aspectos. Este cambio en los ciclos cerebrales permite acceder al inconsciente, que es la zona donde se haya la programación de nuestros aprendizajes y experiencias. Si a lo largo de tu vida has adoptado creencias que no te permiten crear bienestar en tu vida, es hora de transformarlas en puntos de vista más beneficiosos.
La imagen que se suele tener de la hipnosis es la de los espectáculos televisivos y los teatros, sin embargo la hipnosis terapéutica no tiene nada que ver con la supresión de la voluntad de la persona, más bien al contrario, se trata de un pacto con el paciente en el que la persona es siempre consciente y sabe de antemano lo que va a pasar. Nunca hará nada que no desee o vaya en contra de sus principios. Lo que sí ocurre en este estado es que es más fácil desinhibirse y recordar sucesos que se creían olvidados. Todo lo que se hace en la sesión es con el objetivo de mejorar la salud en todos los ámbitos y con el beneplácito de la persona.
Además tiene efectos secundarios como mejorar la concentración, el sueño y reducir el estrés de forma significativa. La sensación durante el estado hipnótico es de calma y serenidad y la nueva información entra de forma fácil y agradable.
La hipnosis terapéutica es una técnica muy recomendable si realmente quieres hacer transformaciones profundas en tu vida.
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HIPNOSIS REGRESIVA DE ADOPCIÓN
Uno de los trabajos más bellos que realizo a través de la hipnosis es lo que llamo Hipnosis Regresiva de Adopción. Este método lo utilizo con personas que tuvieron infancias difíciles o fueron maltratadas o abusadas en esa época.
En una primera etapa se hace una descarga de la sensación que quedó en el cuerpo, pues toda emoción desagradable deja su memoria y su huella si no se la trata. También se hace una extracción de la sensación física a nivel energético.
Después se realiza un borrado de esos recuerdos traumáticos, que no quedan olvidados sino extraídos de la mente inconsciente para que ya no tengan influencia en el presente.
En la siguiente etapa, si el maltrato fue por parte de padres o familiares cercanos, se hace una recolocación interna de esas figuras para quedar en paz con ellas.
La última fase consiste en «adoptar» a todas las criaturas que viven en su interior. Todos guardamos a los niños que fuimos dentro, pueden estar contentos o tristes y asustados. Durante este trabajo, inspirado en la recuperación del niño interior de John Bradshaw, se hace una regresión para ir a adoptar al bebé recién nacido, a la criatura que empieza a andar, al preescolar, al escolar y al adolescente, y darles y decirles lo que tanto necesitaban escuchar.
El efecto de este trabajo suele ser sorprendente, pues se crean unos cimientos sólidos donde no los hubo, dando mucha paz interior a la persona. Al recuperar esas infancias puras, la persona vuelve a contactar con su curiosidad, su creatividad y su alegría. Y es un auténtico placer poder ser testigo de esos encuentros. De cada viaje de adopción, la persona realiza un dibujo, que queda como un álbum de fotos de esos momentos.
También te lo explico en este video: Hipnosis Regresiva de Adopción
BIOCOMUNICACIÓN EMOCIONAL
También utilizo la hipnosis para contactar y comunicarse con el propio cuerpo, de manera que pueda ayudar en procesos de sanación y recuperación de enfermedades físicas acompañando al tratamiento que se esté realizando.
Es muy eficaz con trastornos psicosomáticos donde los médicos no encuentran causas físicas para el dolor o problema que se esté padeciendo.
En nuestra educación básica, no está contemplado el aprendizaje de cosas tan importantes como escuchar al cuerpo, ni mucho menos comunicarse con él. Nos enseñan a producir, a competir, a ser más rápidos, más listos, sin darnos cuenta de que todo eso puede ir en detrimento de nuestra salud y nuestro bienestar si no nos escuchamos y nos cuidamos.
A veces es la edad o una enfermedad la que obliga a parar y replantearse qué está pasando y qué estás haciendo. Puede que duela el cuerpo y el alma mientras se cosechan grandes éxitos o se consigue el estatus social soñado. O puede que sea lo contrario, no sabes por qué, por más que lo intentas, las cosas no funcionan y cada vez te sientes peor.
Y a veces, simplemente, te sientes mal y no sabes por qué.
La mayoría de dolores y enfermedades tienen un componente emocional. Cuando el cuerpo habla y no se le escucha por falta de tiempo o porque no se sabe cómo hacerlo, entonces no se calla, sino que grita y dice: “ya no puedo acumular más”. Más vale que aprendamos a entender su lenguaje, nos va la salud. Toda enfermedad y todo dolor, lleva implícita una enseñanza profunda. Si se es capaz de llegar hasta ella, nos hará crecer. Cuando somos adultos y ya no crece el cuerpo, entonces empieza a crecer el alma y lo que parece difícil puede llegar a ser un gran aprendizaje.
Tu verdadera naturaleza quizás pierde su paciencia y llama pidiendo salir. El tiempo pasa y es necesario poner en el mundo aquello para lo que se vino, el talento particular que cada uno tiene sólo por el hecho de estar vivo.
¿Qué es lo que no te has permitido hasta ahora y que grita por salir?
Con la Biocomunicación Emocional enseño a la persona, mediante hipnosis, a contactar con su cuerpo, a comunicarse con él y a aprender a descifrar sus mensajes. El simple hecho de activar esta escucha, acelera procesos de recuperación y a veces hace desaparecer los síntomas.
Cuando la persona aprende a relajarse, a escucharse, a darse lo que realmente necesita en lo más profundo, cuando se permite crear, ser, dar lo que le apetece dar, curar las heridas que no fue capaz de mirar, entonces todo alrededor parece que empiece a moverse de forma diferente, pues al movernos nosotros de nuestra posición, cambiamos la forma de relacionarnos con el mundo y ese mundo lo capta. Los procesos de recuperación se aceleran, la visión de la vida se amplía, nuevas perspectivas aparecen y nuevas ilusiones traen otra energía.
Te lo explico también en este vídeo: Biocomunicación Emocional
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